jueves, 28 de abril de 2011

LA REVOLUCION INDUSTRIAL SEGUN M. BERG





El término de revolución industrial nos indica una imagen de tecnología e industria renovada, bajo ese punto de vista, Berg cuestiona a historiadores de la economía porque resaltaron el crecimiento económico y no tocaron la tecnología y la industria, la atención de estos historiadores fueron hacia aspectos macroeconómicos de la revolución industrial. Frente a la imagen de la “fábrica" y el "vapor" como elementos diferenciadores de lo industrial, Maxine Berg insiste en la importancia de los pequeños talleres y de los cambios en la organización del trabajo que en ellos se produjeron, así como de las transformaciones tecnológicas (herramientas y pequeñas máquinas) y de los trabajadores y sus habilidades manuales. El trío de la Revolución Industrial (algodón, hierro e ingeniería) representaba una pequeña parte de la industria y producían una cuarta parte de las manufacturas. En cambio, los antiguos procesos agrícolas (molienda, cocción, fabricación de cerveza y destilación), industrias textiles tradicionales, producían más ingresos que las industrias tecnológicamente avanzadas. La Revolución Industrial no fue la era del algodón, ferrocarril o el vapor, sino que fue una era de desarrollo. Berg dice que a la industria hay que situarla, no en el corto estallido de final del XVIII, sino en todo el contexto histórico de este siglo. De esta forma abre el campo de lo que debe considerarse en el siglo XVIII como industria, ampliándolo de tal manera que da cabida a nuevas interpretaciones.


Berg toma un concepto diferente de cambio tecnológico, mientras que para definir este cambio, según la visión ortodoxa de la revolución industrial, se tomaba solo en cuenta a la maquinaria, Berg incluiría también la organización y propone cuatro ámbitos de investigación como puntos de partida para una visión alternativa a la aproximación ortodoxa: la dimensión regional del cambio económico; el estudio de la tecnología; la organización del trabajo y la distribución sexual del mismo; y el comercio y consumo. De esta manera, Berg dice que los incrementos de la productividad se debieron a los cambios técnicos y organizativos que a su vez permitió ganancias en la productividad, división de trabajo efectiva, reorganización de redes comerciales y mercantiles, etc. Asimismo, presenta 2 tipos de organización industrial: los asociados a innovación, maquinaria y fábrica; y los asociados a regresión, técnicas manuales y sistemas domésticos.


Por último, Berg apunta a tres grandes conclusiones: el crecimiento industrial se produjo durante la totalidad del siglo XVIII; el cambio tecnológico (mecánicas o manuales) fue temprano y se extendió por toda la industria; la importancia y la variedad de formas de organización de trabajo industrial.

viernes, 15 de abril de 2011

EL CLERO EN EL ANTIGUO REGIMEN

Constituía el 1% de la población (entre 150 000 y 200 000). Sus miembros poseían una gran riqueza patrimonial en forma de bienes suntuarios, iglesias y palacios, así como una importante cantidad de tierras. Recibían además importantes rentas en forma de diezmos, donaciones y limosnas. Ejercían un gran poder ideológico y gozaban de un gran prestigio social. Monopolizaban la educación. Constituían un grupo heterogéneo, dividido en el alto y bajo clero. Englobaban en su seno cardenales y otros altos dignatarios que compartían junto con la nobleza la condición de estamento privilegiado, los cuales pertenecían a la parte alta del clero, y curas y sacerdotes que en muchos casos eran humildes cuyas condiciones de vida eran similares en ocasiones a las de sus feligreses, estos pertenecientes a la parte baja del clero Sus funciones eran el de orar, hacer las misas y encargarse de la salvacion de las almas Entre sus priviliegios se encontraba el hecho de que no tenían que contribuir pero regularmente hacian donaciones gratuitas al Estado, por otro lado no tenían que trabajar ni pelear en caso de conflictos. Su deber era el de ser sirviente de la fe y vivir en la castidad